Me entero por la última página de El Mundo -de hoy. El hombre era topógrafo por formación, pero cayó en el podrido y siniestro mundo de las drogas, y de ahí a la afición por la lectura de filosofía –desde Nietzsche a Bertrand Rusell- , y un nuevo escalón al asalto de bancos y al trullo. ¿Acabará por matricularse a distancia en alguna facultad de teología?
Un caso fáctico de la famosa ley De Quincey.
No se puede bajar la guardia; ahí tenemos el resbalón de Bernard-Henri Lévy. Lo mismo lo arroja a la bebida. O una ulceración.
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Un caso fáctico de la famosa ley De Quincey.
No se puede bajar la guardia; ahí tenemos el resbalón de Bernard-Henri Lévy. Lo mismo lo arroja a la bebida. O una ulceración.
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